Él era un diseñador. Pero su vida no era particularmente inspiradora: Le encantaba dormir, era desordenado, perezoso en el trabajo, un poco vago y algo lánguido… y no pensaba cambiar. Su novia siempre estaba descontenta con su estilo de vida tan pasivo.

Un día, con el fin de inspirarle a perseguir un futuro más brillante para los dos, ella decidió que lo mejor era casarse.

Cuando él llegó al lugar acordado, se dio cuenta de que lo hacía con dos horas de retraso. Su novia se había cansado de esperar y le había dejado una nota: “Pensé que algún día cambiarías para hacerme feliz. ¡Pero incluso hoy llegas tarde! Lo nuestro ha terminado.”

Volvió a casa, desconsolado, y solo quería abrazar la almohada en la que hasta entonces habían dormido juntos. Y de repente, sintió que había algo oculto dentro de la almohada…

La abrió y descubrió que ella se había dedicado a escribir notas con sus sueños y esperanzas para él dentro de la almohada, ¡sin decirle nada! En ese momento se derrumbó y decidió que iba a cambiar.

A partir de ese día empezó a preparar un nuevo plan de vida, decidido a dejar atrás su vida descuidada e inconsciente. Para asegurarse de que no recaería en sus antiguos hábitos, cada vez que se deshacía de alguno de ellos escribiría una nota y la sujetaría en diferentes zonas de la almohada, para no olvidarse de hacer ese cambio.

Desde que decidió cambiar, “no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy” fue su lema: Levantarse más temprano, acabar el trabajo antes, llegar a las citas a tiempo. Y a partir de entonces, sus amigos le dieron un nuevo apodo: ¡“Mr. Z”!